La importancia de la bioseguridad en el laboratorio
La protección de los empleados, el público en general y el medio ambiente es una de las prioridades a la hora de gestionar con éxito un laboratorio, especialmente en instalaciones que manipulan regularmente agentes infecciosos. Si no se aplican y mantienen estrictas medidas de bioseguridad, pueden producirse infecciones adquiridas en el laboratorio, que pueden ir desde una infección gastrointestinal relativamente benigna hasta contraer virus mortales como el Ébola. Por supuesto, tanto las buenas prácticas de laboratorio como los protocolos microbianos estándar pueden contribuir en gran medida a prevenir la contaminación, pero los patógenos especialmente peligrosos requieren precauciones de seguridad mucho más exhaustivas.
Gestión de riesgos biológicos
El biorriesgo inherente a cualquier experimento microbiológico depende enteramente de las características del agente en cuestión, incluida su capacidad para infectar al ser humano, la gravedad de la enfermedad causada y la existencia de vacunas y tratamientos eficaces. También hay que tener en cuenta las posibles vías de transmisión del agente patógeno, su dosis infecciosa, su estabilidad medioambiental, su gama de huéspedes, su país de origen y sus características genéticas. Para complicar aún más las cosas, no siempre es posible predecir todos los posibles incidentes adversos, y a veces hay que tomar decisiones basadas en información incompleta. Por ejemplo, los laboratorios clínicos no siempre conocen los organismos exactos presentes en una muestra con la que están trabajando, ya que a menudo buscan identificar los agentes causantes para proporcionar un diagnóstico médico.
¿Cuáles son los distintos niveles de bioseguridad y de patógenos asociados?
Los organismos reguladores utilizan los criterios anteriores para caracterizar los agentes peligrosos y clasificarlos en distintos grupos en función del riesgo que presentan, exigiendo a los laboratorios que se adhieran a estrictos protocolos de precaución para cada clase de riesgo. Los nombres y detalles exactos de estas categorías -junto con las correspondientes medidas paliativas- varían según el territorio pero, en EE.UU. y la UE, se denominan niveles de bioseguridad (BSN) y se definen del siguiente modo:
BSN 1
Este es el nivel de bioseguridad más bajo, y es apropiado para los laboratorios que trabajan con microbios de bajo riesgo que plantean poca o ninguna amenaza de infección en adultos sanos, por lo que sólo requieren prácticas microbiológicas estándar. Los patógenos asociados incluyen:
- Aspergillus niger
- Bacillus subtilis
- Agrobacterium radiobacter
- Escherichia coli
- Varicela
BSN
Esto se aplica a todos los laboratorios que manipulan agentes patógenos asociados a enfermedades humanas que suponen un riesgo moderado para el personal y el medio ambiente. Por lo general, estos agentes pueden manipularse con seguridad en un banco abierto, siempre que el potencial de producción de salpicaduras y aerosoles sea bajo. Sin embargo, debido a su potencial para causar enfermedades humanas, hay que tener cuidado para evitar lesiones percutáneas, ingestión y exposición de las mucosas. Los patógenos asociados incluyen:
- H. influenzae
- VIH
- Virus de la hepatitis B
- Mycobacterium
- Neumonía por Streptococcus
- Salmonella
- Choleraesuis
- Toxoplasma
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BSN 3
Se requieren mayores precauciones para agentes autóctonos o exóticos que puedan causar enfermedades potencialmente letales en caso de exposición por inhalación. Además de las prácticas BSL-2, el acceso al laboratorio debe controlarse estrictamente y todo lo que salga de las instalaciones, incluidos los residuos, debe descontaminarse a fondo. También puede exigirse al personal de laboratorio que se someta a una vigilancia médica rutinaria y a una inmunización obligatoria cuando proceda. Los patógenos asociados incluyen:
- Virus de la fiebre amarilla
- M. tuberculosis
- Virus del Nilo Occidental
- Chikungunya
- Mycobacterium tuberculosis
BSN
El nivel de precaución más alto se reserva a los laboratorios que manipulan agentes exóticos potencialmente mortales que plantean un alto riesgo de infecciones transmitidas por aerosol -como los virus Ébola y Marbung- para los que no existen vacunas ni tratamientos. Además de las precauciones BSL-3, todo el personal de laboratorio debe ducharse y cambiarse de ropa a la entrada y salida del laboratorio, así como llevar puesto en todo momento un traje de cuerpo entero con suministro de aire y presión positiva. Entre los patógenos asociados se incluyen:
- Virus Ébola
- Virus Marbung
- Virus de Lassa
- Virus de la fiebre hemorrágica Congo-Crimea
Una respuesta nacional
La pandemia de COVID-19 ha contribuido a resaltar la importancia de estos laboratorios de bioseguridad en el estudio y la prevención de enfermedades infecciosas, y muchos países han respondido intensificando sus estrategias nacionales. El gobierno chino, por ejemplo, ha ordenado que cada provincia establezca un laboratorio BSN-3, y que todas las grandes ciudades tengan al menos una instalación BSN-2.1 Además, el Instituto de Virología de Wuhan -que ya es el mayor laboratorio BSN-4 del mundo- ampliará su capacidad de 3.000 a 4.000 m2. Actuará como centro nacional de investigación y desarrollo para la prevención y el control de enfermedades infecciosas emergentes, así como centro de recogida de cultivos de microorganismos y virus, y laboratorio de referencia de la OMS para enfermedades infecciosas.2
Encuentre su nivel
Está claro que un enfoque único no es adecuado para todos los laboratorios que manipulan agentes peligrosos, ya que, los riesgos de contaminación pueden variar drásticamente de un agente patógeno a otro, por lo que, una gestión meditada de los riesgos, junto con la aplicación estricta de las precauciones adecuadas de nivel de bioseguridad, es esencial para proteger al personal y al público en general de las infecciones adquiridas en el laboratorio.